DIARIO INFORMACIÓN» – 17/07/2011

Atado y bien atado. Así está el Nudo del Ave en la pedanía villenera de La Encina. La obra más compleja de la Línea de Alta Velocidad en la provincia, que abre paso a Madrid y Valencia, y ha empleado a 1.100 obreros con una inversión estatal de 102 millones de euros. 

Las magnitudes que se manejan en las obras de construcción de la plataforma de Alta Velocidad del Nudo de La Encina forman parte de la Primera División de la ingeniería civil. Los trabajos del eje Albacete-Alicante comenzaron en enero de 2010 y está previsto que finalicen en el cuarto trimestre de 2011, en noviembre para más señas. Así el Gobierno de España podrá cumplir su anunciado y reanunciado compromiso de que en 2012 el Ave procedente de Madrid inicie su esperado vuelo por las comarcas del Alto Vinalopó, el Medio Vinalopó y l’Alacantí, en doble vía y a 350 kilómetros por hora, con destino a Alicante capital. 

En el tajo del Nudo trabajan en la actualidad 480 trabajadores provistos de todo tipo de maquinaria pesada y avanzada tecnología pero han llegado a ser 1.100 obreros procedentes de 140 empresas subcontratadas por Acciona Infraestructuras, la firma adjudicataria. 

Sólo en la primera fase de este estratégico triángulo el Ministerio de Fomento ha invertido a través de Adif, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, un total de 102.238.156 euros, y ha tenido que realizar procedimientos administrativos en las provincias de Albacete, Valencia y Alicante para expropiar miles de millones de metros cuadrados de terreno de los términos de Villena, Almansa, Caudete y La Font de la Figuera.

En la pedanía villenera de La Encina se van a instalar 40 kilómetros de traza de Ave, más del doble que en cualquier otro tramo del nuevo acceso ferroviario a la provincia. Se han empleado un centenar de obras de fábrica -estructuras de hormigón- y se han extraído cinco millones de metros cúbicos de arena y roca de desmonte que han sido reutilizados en la formación de los terraplenes, de tal modo que el siempre farragoso «expediente de tierras» ha sido gestionado con mano maestra. 

Pero hay más. La dirección de obra, a cuyo frente se halla el experimentado Antonio Vicente, ha tenido que extremar todos los detalles técnicos y organizativos para salvar la transitada autovía A-31 de Alicante-Madrid, la futura autovía A-33 que unirá La Font de la Figuera con Cieza, la actual línea del ferrocarril convencional que en La Encina mantiene, históricamente, el punto ferroviario clave de la bifurcación Alicante, Albacete y Valencia así como la peligrosa carretera N-344 de Caudete-La Font de la Figuera, para la que ha sido necesario construir una variante que esta misma semana se ha abierto al tráfico. Pues bien, para resolver esta maraña de vías ferroviarias y terrestres, presentes y futuras, Adif ha tenido construir ocho viaductos con tipología de tablero hiperestático -cuatro diseñados para doble vía y cuatro para vía única- con longitudes que oscilan entre los 60 y 150 metros. También se han están instalando tres estructuras tipo cajón de hormigón de 10 metros de anchura, que corresponden a los pasos inferiores de las construcciones dispuestas en saltos de carnero de vías únicas bajo ejes de vía doble. Es precisamente el salto de carnero el elemento más singular del Nudo de La Encina junto al gran viaducto que se alzará sobre la autovía de Madrid. En ambos casos con la complicación añadida de tener que coordinar los trabajos con el paso de vehículos y trenes para tratar de economizar esfuerzos y molestias.

Confirma Antonio Vicente que el salto del carnero es el hito visual más espectacular del triángulo del Ave. Este gigante de hormigón salva el cruce de los ejes de Albacete-Alicante (por arriba) y Albacete-Valencia (por abajo) mediante la disposición de un pórtico cuya altura varía entre los 10 y 11 metros entre la cara superior de la zapata y la inferior del dintel.

En la actualidad las obras del eje Albacete-Alicante se encuentran ejecutadas en un 75% mientras que las de los otros dos ejes que completan el Nudo, el Albacete-Valencia y el de Alicante-Valencia, están en un 65% con la previsión de acabar a mediados de 2012.

Basta visitar la zona para percibir el ritmo de «legionario» con el que se ejecutan los trabajos mediante un trasiego incesante y organizado de obreros, técnicos y vehículos pesados que no dejan de emitir agudos pitidos para hacerse notar. Pero entre millones de metros cúbicos de tierra y hormigón también se aprecia la capacidad del hombre para transformar un paisaje en apenas año y medio, y la pequeña dimensión que adquiere un ser humano ante una infraestructura tan colosal. «Ya ves, aquí no paramos, y este verano se va a trabajar, y mucho», comenta el jefe de obra mientras muestra en un plano aéreo de La Encina que, visto así, se asemeja a una gran llave. La que abrirá el próximo año la puerta de la Alta Velocidad a la provincia de Alicante.