LA VERDAD/LAS PROVINCIAS – 18/06/2013
El Príncipe insta a los gobernantes a aprovechar la infraestructura para estimular el empleo.
Un motor para estimular el empleo y una herramienta para rentabilizar el turismo. Con estos dos objetivos hizo ayer su entrada en la estación el primer AVE. La ciudad se convirtió en una fiesta y no sólo por la inminencia de la Hogueras, sino por la puesta en marcha de una infraestructura tan anhelada como necesaria. Todas las autoridades presentes en la puesta de largo coincidieron en la importacia de esta línea que une Madrid con Alicante, que supone acortar el desplazamiento en casi una hora. Hoy comienza a funcionar de forma oficial y está llamado a convertirse en una pieza primordial para el desarrollo de la provincia, sobre todo desde el punto de vista turístico, ya que la llegada de visitantes será ahora mucho más accesible con esta nueva infraestructura.
La histórica llegada del AVE a Alicante no es sino una parte del proyecto del Corredor Levante de alta velocidad, que debe aún enlazar con Elche, la Vega Baja y Murcia. De la nueva conexión ferroviaria integral, tal y como se diseñó en el año 1999 y se aprobó dos años después, solo se acordó ayer, en el acto de inauguración, el Príncipe Felipe. «La unión de Madrid, Castilla-La Mancha, la Comunidad Valenciana y Murcia supone un impulso claro a la dinamización económica de estas cuatro comunidades autónomas», dijo en su discurso oficial el heredero de la Corona, que realizó el viaje inaugural acompañado por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; los ministros Ana Pastor y José Manuel García Margallo y, desde Albacete y Villena, respectivamente, por los presidentes autonómicos Alberto Fabra y Dolores de Cospedal.
Don Felipe abundó, sin citarlo expresamente, en que se trata de un proyecto inacabado, pues «es un hecho plenamente contrastado que los proyectos al servicio de la movilidad de los ciudadanos contribuyen a la vertebración territorial de España y a la generación de riqueza y empleo; de esta manera ayudan a fortalecer la cohesión social y a mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas».
Ni el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ni el jefe del Consell, Alberto Fabra, aludieron a este importante proyecto ferroviario del sur que se halla en estos momentos en obras de plataforma en el enlace Monforte-Elche (ya casi acabado) y en el túnel de Callosa de Segura, perforado en más de un 50%.
AVE a Castellón
Fabra sí tuvo palabras de aliento para el Ministerio de Fomento para que, pese a los recortes presupuestarios, se pueda inaugurar la llegada del tren AVE a Castellón en el año 2015. Así, el jefe del Consell emplazó expresamente al Príncipe Felipe y al presidente del Gobierno a ese evento con fecha fija. Fuentes de Adif y del Ministerio de Fomento (la ministra Ana Pastor no realizó ningún tipo de declaración) no supieron precisar fecha alguna para el final de la prolongación hacia Elche, Orihuela y Murcia, ciudad en la que aún no se ha decidido ni el emplazamiento definitivo para su estación. En el caso de Elche, está decidido que se construya en la partida de Matola, aunque aún no se han iniciado las expropiaciones y la patronal alicantina Coepa reclama ahora que se traslade al aeropuerto internacional de El Altet.
El tren llegó a las 12.50 horas y, aunque tenía previsto volver a Madrid a las 14 horas, la salida se acabó adelantando. A las 13.30 ya estaban de nuevo embarcados todos los políticos, directivos de Adif y Renfe y casi un centenar de miembros de medios de comunicación procedentes de la capital de España. La comitiva oficial no salió de la terminal.
Antes de embarcar, el Príncipe tuvo oportunidad de saludar a políticos del PP y del PSOE, entre ellos varios diputados alicantinos, y el presidente del Gobierno a la Bellea del Foc, Beatriz Botella, y al presidente de la Federación de Hogueras, Manuel Jiménez.
Tras la despedida de las autoridades, las que no viajaron de regreso a Madrid, encabezadas por Alberto Fabra, la delegada del Gobierno, Paula Sánchez, las alcaldesas de Alicante y Elche, Sonia Castedo y Mercedes Alonso, y la presidenta de la Diputación, Luisa Pastor, compartieron un refrigerio en un vagón restaurante de Renfe estacionado en un andén de la antigua terminal. Entre otras cosas, porque también habían sido aconsejados por el dispositivo de seguridad ante la bronca que se vivía en la calle y que no acababa por disolverse, para inquietud de varios mandos policiales, pegados a su móvil de forma permanente. Esa tensión y el bloqueo literal, con grandes piedras de decoración de una jardinera, obligaron a los consellers de Infraestructura, Isabel Bonig, y al de Economía, Turismo y Empleo, Máximo Buch, a descargarse ellos mismos las maletas de su coche oficial, que no podía salir de la estación. Los dos consellers tuvieron que usar otra salida, dada la premura de tiempo ya que viajaban a una misión comercial a Finlandia en pocas horas.
Las protestas y sus sonidos (pitos, gritos, bocinas de aire a presión y hasta varios petardos) cobraron notoriedad incluso durante los discursos oficiales, pese a que el lugar más próximo al acto institucional (la calle Bono Guarner, recientemente vallado) fue cortado al tráfico de coches y personas. Finalmente, la comitiva oficial salió por el acceso principal, que también fue cortado, en la Avenida de Salamanca, con un fuerte dispositivo de policías antidisturbios, que en ningún momento llegaron a cargar. Algún vehículo oficial no se escapó de impactos de piedras, gravilla y botes de bebida.
Puntualidad en el trayecto
El tren inaugural partió con puntualidad de la estación madrileña de Atocha a las 10.05 horas, tal y como marcaba la agenda prevista por el Ministerio de Fomento. Tras una breve parada en Albacete a las 11.25, donde se incorporó a la comitiva la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, el convoy llegó a las 12.10 a la nueva estación de Villena. El Príncipe descubrió en la nueva estación del AVE de Villena una placa conmemorativa, al igual que, media hora después, en Alicante.
El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, se sumó a la comitiva en Villena y acompañó ya al resto de autoridades hasta la estación término en Alicante, construida en tiempo récord y a contra reloj en los dos últimos meses, como viene informando este diario.
La duración de este viaje inaugural, 2 horas y 45 minutos, fue sólo un poco mayor que la que tendrán los servicios comerciales que comenzarán a prestarse hoy. Los trayectos variarán entre las 2 horas y 20 minutos que tendrán los servicios directos entre Alicante y Madrid (solo uno viernes y otro domingo), y las 2 horas y 43 minutos. Pese a estos tiempos de viaje iniciales, el presidente Fabra se vanaglorió en su discurso de que «solo 125 minutos (cuarenta menos que la mayoría de frecuencias) separan a más de 9 millones de habitantes de Madrid y La Mancha con esta tierra».
La infraestructura llega doce años después de que se anunciara su construcción. La previsión, según se dijo entonces, era que la línea estuviera operativa en 2007. Sin embargo, hasta diciembre de 2010 no se produjo la apertura parcial hasta Albacete, tras la activación de la línea a Valencia.