EL MUNDO – 05/04/2014
Ofrece un billete combinado que permite al pasajero subir en Madrid y bajar en Santa Pola. Tiene una frecuencia de 45 minutos y la parada está ubicada en la avenida de Óscar Esplá.
La negativa de la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, a permitir la entrada de lanzaderas en el interior de la estación del AVE, con destino a municipios turísticos como Torrevieja o Benidorm, choca de frente con el permiso concedido a una empresa de transporte de viajeros que conecta la capital con Santa Pola, y que tiene parada de servicio discrecional a escasos 100 metros de la estación de tren, en Óscar Esplá, 35. El convenio de colaboración firmado entre la empresa y Renfe permite a los usuarios de la Alta Velocidad adquirir un billete combinado desde Madrid que cubre el trayecto hasta Alicante y posteriormente el desplazamiento a Santa Pola.
En su argumentario, la primera edil basó su rechazo a las lanzaderas de Torrevieja y Benidorm en la existencia de informes técnicos que alertaban de la posibilidad de «congestión» de las avenidas Salamanca y Estación, próximas a la estación de tren, por la llegada de autobuses para unir los AVE con estos destinos turísticos. Entonces, el edil de Seguridad y Transporte, Juan Seva, reforzó la teoría de la alcaldesa afirmando, incluso, que tampoco se permitirían servicios discrecionales fuera de la estación de autobuses «a Santa Pola». Compromiso que no se cumple.
Con una frecuencia aproximada de 45 minutos, un autobús con dirección a este municipio costero recoge viajeros en el espacio reservado al autobús urbano número 9 (Óscar Esplá-Playa de San Juan). Hasta allí se desplazan los usuarios de AVE con destino a Santa Pola sin necesidad de tener que bajar hasta la estación de autobuses, alternativa que planteaba Castedo para autorizar las lanzaderas de Torrevieja y Benidorm. En cuanto a la posible «congestión» de algunas de las vías cercanas a la estación de Renfe por la presencia de estos servicios discrecionales, la avenida de Óscar Esplá, donde tiene parada el autobús para Santa Pola, está ubicada a escasos 100 metros de la terminal, por lo que la teoría de la alcaldesa no se sostendría.
Ante la polémica suscitada por el rechazo al servicio directo de traslado con Benidorm y Torrevieja, la primera edil mantuvo el pasado miércoles una reunión urgente con el colectivo de taxistas, con el objetivo de solicitar su apoyo en la campaña contra las lanzaderas y buscar resguardo ante el aluvión de críticas que está recibiendo desde frentes políticos y empresariales. Por supuesto, lo obtuvo sin ningún reparo.
Los taxistas de Alicante enviaron un comunicado en el que reivindicaban su derecho «a trabajar sin injerencias y sin la competencia desleal que supondría el establecimiento indiscriminado» de buses con líneas directas. «Entendemos que ese servicio ya está establecido en la estación de autobuses, que para eso está», señalaron. También glosaron la figura de Castedo, y aseguraron no comprender «cómo desde fuera se ataca a las autoridades de nuestra ciudad por defender precisamente los intereses de Alicante».